dEUS y su revolución de bolsillo

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La banda belga más andaluza de la historia regresa con su nuevo y esperado disco ‘Pocket Revolution’. Desde el 12 de Septiembre puedes disfrutar de sus nuevas canciones aunque la gira que les está llevando por Italia, Francia, Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Grecia y Portugal ya ha permitido a muchos escuchar sus nuevos temas. Pronto podremos verlos de nuevo en directo por nuestro país. Dos son las fechas confirmadas: 1 de Diciembre en Barcelona (Apolo) y 2 de Diciembre en Madrid (Copérnico).

dEUS arrancó a mediados de los noventa presentandose con un primer borrador en el peor escenario del panorama grunge, ‘Worst Case Scenario’ (Polygram – 1994) tras el que fue su primer EP ‘Zea’. Su acento inglés de ninguna parte y el violín al que aún recurren les colgaron la etiqueta de ‘grupo grunge pero con violín’. Con ’Suds & Soda’ pedían a gritos una etiqueta así. Les daba igual que se les viera el plumero de ‘duendecillos’ en temas como ’Shake Your Hip’ o ’W.C.S. (First Draft)’ y que, a oidos profanos, el violín abarcara todo el protagonismo.


A este primer largo le siguieron otros títulos que no llamaron demasiado la atención: ‘My Sister is My Clock’ (Island – 1995) e incluso ‘In A Bar, Under The Sea’ (Polygram – 1997). Hasta la llegada de ‘The Ideal Crash’ (Universal – 1999). Un disco que encajaba perfectamente con la actitud de sus anteriores trabajos pero que se hacía atractivo por sus melodías contenidas. ‘The ideal Crash’, ‘Sister Dew’, ‘Instant Street’ (la más radiada del disco), ‘The Magic Hour’… de hecho quizá todos los temas del disco podrían servir como referencia para el album que les sirvió para decir ‘hasta luego’.

Ahora presentan este ‘Pocket Revolution’ en un intento de convertirse en uno de esos grupos que a pesar de los años mantienen a partes iguales frescura y sobriedad. Pero no, no lo han conseguido. Han perdido casi toda la espontaneidad que les carecterizaba (muy a pesar de intentos energéticos como ‘Night Shopping’), se han dejado seducir por los sintetizadores más simplones nietos de los ochenta (‘What We Talk About’) y por ritmos en su mayoría mucho más rock (a excepción de la relajante y preciosa ‘Nothing Really Ends’). Es un disco que seguramente pase desapercibido por tu discoteca.