Grace Jones: El Regreso de La Pantera Negra

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La que fue musa de la cultura neoyorquina de finales de los setenta y primeros de los ochenta, asidua de Studio 54 (la discoteca de Steve Rubell que actuó como catalizador de la floreciente música disco de los setenta) y fuente de inspiración de Andy Warhol, icono homosexual e impactante modelo, vuelve al negocio musical.

Jones (cuyo nombre verdadero es Grace Mendoza), nació en la ciudad jamaicana de Spanish Town, en 1948, aunque pronto emigró con su padre y su hermano a EEUU para vivir en Syracuse, en el Estado de New York.

“Era la única chica negra en mi colegio. Tenía acento jamaicano y parecía mayor para mi edad. Fui formada para convertirme en una profesora de idiomas: hablo francés, español, japonés, italiano y alemán. Cuando me encontré con mi profesor de arte dramático, todo cambió”. Efectivamente, la Jones estudió arte dramático en la Universidad de Syracuse, asistiendo a diversos talleres en Filadelfia y Nueva York, donde fue descubierta por una agencia de modelos. A partir de entonces, la Jones aparece en las revistas Vogue y Elle, ganándose una reputación internacional como modelo andrógina. Por esta época también hace sus pinitos como actriz, en películas de serie B, de dudosa reputación artística.

1977 es el año para la Jones: convertida en musa nocturna de la vibrante noche neoyorquina (se deja ver en Studio 54 y en otros templos de la música disco como Le Jardin, en la ciudad de Nueva York), se empapa de música, consiguiendo un contrato con Island Records, con la que firma tres obras disco espectaculares “Portfolio”, “Fame” y “Muse”, bajo la batuta del productor Tom Moulton, un pionero de los remix y un devoto de los ritmos frenéticos de la pista de baile.

Sin embargo, la verdadera aportación de la Jones al desarrollo artístico de la música disco y del funk electrónico, comienza cuando Chris Blackwell, de Island Records, la convence para encerrarse en Bahamas, en los estudios Compass Point. Allí, los magos del ritmo Sly Dunbar y Robbie Shakespeare (ambos jamaicanos, músicos, arreglistas y productores) insuflan una calidad artística extraordinaria al trabajo de la Jones. El resumen de este período se puede encontrar en el excelente trabajo “Nightclubbing”, álbum que contiene gemas como las irreconocibles versiones de temas de Iggy Pop y David Bowie, Police e incluso Bill Whithers.

A partir de la publicación de su álbum “Slave To The Rhythm”, en 1985, la Jones cae en caída libre y, aunque publica tres trabajos más, pasa al olvido absoluto.

Hasta que el año pasado aparece, deslumbrante a sus sesenta años, junto a Jarvis Cocker en un concierto en el Royal Festival Hall, para cantar “Trust In Me”. A partir de entonces, se encierra en el estudio para grabar lo que va a ser su álbum después de casi diez años, el llamado “Corporate Cannibal”, grabado junto al productor techno Ivor Guest, junto a los imprescindibles Sly&Robbie, el mismísimo Brian Eno y Tony Allen, de The Good, The Bad and The Queen.

El retorno de una dama del escenario, con un estilo poderoso, una mujer precursora en muchos aspectos (¿qué sería de Madonna si esta mujer jamaicana no hubiera existido?) se producirá este verano con la aparición de su nuevo álbum y con la actuación en el festival organizado por los Massive Attack en Londres. Aparece mañana.

El sonido de la jungla volverá este verano.