Ladies and gentlemen: el grupo cántabro por excelencia (y ojo que esto lo escribe un cántabro) publicará en el mes de junio su nuevo y flamante trabajo. Se llamará ‘GT’ (Guitar Town – 2005), lo editarán bajo su propio sello y la distribución correrá a cargo de Dro/Atlantic.
A pesar del tiempo transcurrido la banda impresiona con cada trabajo, aunque puede que sea con este con el que la sorpresa sea aún más grata. Y es que uno ya lleva muchos años siguiendo a Los Deltonos desde los brumosos, alcohólicos y felices tiempos de El Soto Bar. Ese garito de la ciudad de Santander es inclasificable. Nadie comprende cómo todavía se mantiene en pie a pesar de haber pasado por las manos de incontables dueños (nada es perfecto en esta vida).
No es ninguna barbaridad afirmar que estamos ante el disco más elaborado de los de Hendrik Roever: canciones que evocan lo mejor de lo que los críticos musicales llaman Americana (ecos de Steve Earle, The Flying Burrito Brothers, Poco, Neil Young etc.). Pero si echamos un vistazo a la imagen que ahora transmiten Los Deltonos a través de su flamante página web, da la impresión de que Gram Parsons (leader de The Flying Burrito Brothers) esté detrás de todas esas camisas country, botas tejanas y poses casi de cowboy. Incluso el nombre de este nuevo trabajo podría estar haciendo referencia al primer disco en solitario del hermano del burrito volador (‘GP’ – Reprise – 1972) y a toda la herencia musical que éste absorbió para vomitar canciones como ‘Wild Horses’, editada en el disco de Los Stones ‘Sticky Fingers’ (Virgin – 1971) y, al parecer, escrita junto a Keith Richards. Y es que, pensándolo bien, ‘GT’ también recuerda a ese espléndido trabajo de Los Rolling.
Hendrik y los suyos nos dan toda una lección de rock ‘n’ roll de inspiración absolutamente sureña. El “pedal steel” y el banjo están presentes en un buen puñado de cortes. Además es todo un lujo y una sorpresa ver cómo nuestro Miguel Bañón toca su guitarra abrasadora en una coplilla, demostrando que Los Deltonos tienen buen gusto hasta para elegir invitados.
En una ocasión Hendrik dijo que él en realidad tocaba “country con distorsión». Aunque en este disco haya menos distorsión que en trabajos anteriores, la base sigue residiendo en los cálidos vientos del sur, motores del blues y del country… con discos como éste uno mantiene la esperanza de que haya vida en el rock ‘n’ roll castizo. ¡Con dos cojones!