Los Pixies y su obra, en la calle el próximo 16 de junio

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Un grupo que realizó sabrosísimas aportaciones a la música, que todavía tenemos el placer de degustar por su condición atemporal solamente atribuible a los clásicos, y que, al menos para mí, quedará entre la nómina de los realmente grandes, vuelve al mercado discográfico. No, no es un nuevo álbum: es difícil que los egos sobredimensionados de Franck Black y Kim Deak vuelvan a confrontarse, aunque ya he informado por aquí que está previsto que actúen este verano en el Festival de la Isla de Wight. Cuestión de dinero, de sustanciosos beneficios.

Lo cierto es que Black y Deal no se pueden ver. Sus tensiones solamente se aparcan cuando la suma ofrecida es lo suficientemente suculenta como para sacar tajada. Ya lo hicieron hace tres años y lo vuelven a hacer ahora.

Decía que The Pixies vuelven al mercado discográfico, en forma de una suculenta caja recopilatoria de sus cinco álbumes de estudio: “Come On Pilgrim” (1987), “Surfer Rosa” (1988), “Doolittle” (1989), “Bosanova” (1990) y “Trompe Le Monde”(1991). Un cofre indispensable, en formato CD y Blue – Ray. El cofre también incluye un DVD con una actuación de la banda en la Brixton Academy de Londres, en 1991, vídeos del grupo y un libraco con textos y fotografías.

La novedad es que Vaughan Oliver, el diseñador gráfico del grupo, ha reinventado el diseño de todos los álbumes de la banda. Según Oliver: “¿porqué no volvemos a hacer el trabajo? Todo nace de la misma música y de las mismas letras, sería una cuestión de hacer evolucionar las ideas que tuvimos en los discos originales. He trabajado con el mismo fotógrafo con quien trabajé en los diseños originales Simon Larbalestier. Si hubiera habido un quinto pixie, éste hubiera sido Simon, su trabajo encajaba exactamente con lo que la banda estaba haciendo. Al principio, él no estaba convencido de reinterpretar el diseño gráfico. Dijo, “las viejas portadas con la bailarina española en topless, el planeta rojo……todas ellas se han convertido en una suerte de icono” Yo le dije que no tuviera miedo, que él tenía 20 años más de experiencia, que era mucho mejor fotógrafo. Ha hecho unas fotografías soberbias y creo que mejora con creces el trabajo que hicimos en su día”.

Una caja absolutamente de vicio, para decir al mundo que los Pixies asentaron las bases de muchísima música subsiguiente y que fueron completamente básicos y decisivos para toda la música, de esa que se llama “indie” y que de independiente no tiene nada, de los años noventa.

Una banda muy querida que, mercantilismos aparte, lanza su magna obra para admiración del mundo. Y para recordar a los chiquilines que hubo música genial, además de Nirvana y Pearl Jam, en aquellos años de muchachos convenientemente desaliñados.Los duendecillos tuvieron la culpa de que surgieran sonidos distorsionadores, pero deliciosamente melódicos

Larga vida a los Pixies. Si no los conoces, si adquieres esta caja, no dejarás de asombrarte. Se lanza el próximo 16 de junio.