Mi casa en llamas – Los Individuos

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Después de un largo periodo de ostracismo y una intermitente trayectoria de actuaciones en vivo, el trío madrileño Individuos salta al ruedo con un disco que deja pocas dudas en cuanto a su contenido. Parece que estos tres chicos han decidido rendir su personal homenaje al punk más rabioso ahora que se cumplen 30 años de su nacimiento con bandas como Sex Pistols o The Clash, una opción que podrá gustar más o menos, pero que, con las cartas en la mano se antoja lo más coherente. A saber: hablamos de un grupo con formación clásica de guitarra-bajo-batería, poco dado a las florituras y a los arreglos superfluos, pero con una fuerza y una velocidad rítmica envidiable. Si uno ha tenido ocasión de verles en directo, enseguida se da cuenta de que los temas del disco se han grabado pensando sobre todo en su puesta en escena en esos conciertos que entre sus fans ya se conocen como incendiarios; no es de extrañar, por tanto, el título del álbum.

A lo largo de los últimos dos años, [persona]Alex Santos[/persona], [persona]Agus Alonso[/persona] y [persona]Pera Avilés[/persona] se han dedicado a aporrear sus instrumentos en un garaje de Galapagar, sin ninguna compasión, machacando los temas hasta dejarlos afilados como cuchillos, despojándose al fin del sambenito que les señalaba como los sustitutos de Los Enemigos, -si bien la voz de [persona]Alex Santos[/persona] continúa haciendo algún que otro guiño a [persona]Josele Santiago[/persona]- y han conseguido un sonido propio, tal vez poco original, pero auténtico al fin y al cabo, sin aditivos ni refuerzos innecesarios. Los Individuos son lo que son y punto, un grupo criado a la sombra de bandas como Siniestro Total, Ilegales, Os Resentidos o Los Propios Enemigos. De todos ellos han heredado el gusto por el rock en estado puro, tamizado por su propia visión de las cosas, pero con nexos de unión evidentes con todos ellos.

«[disco]Mi casa en llamas[/disco]” se presenta, por tanto como la consecuencia lógica del estado actual del grupo, un paso más hacia su consolidación como una de las bandas más prometedoras del rock patrio, tratando de abrirse paso a codazos en una industria que nunca ha sido demasiado benevolente con este tipo de bandas, si bien es cierto que hoy por hoy, las aspiraciones del grupo parecen centradas simplemente en seguir haciendo lo que les gusta, sin más.

Del disco se pueden destacar muchas cosas, desde el diseño de su portada con esa misteriosa tabla de surf con forma de sarcófago egipcio, ideada una vez más por la inquietante mente de [persona]Alex Santos[/persona], al contenido del mismo, donde brillan con luz propia temas como “Malas intenciones”, con cierto regusto por el sonido de Iron Butterfly, “Tonto (como tu solo)”, con esa voz en off de Alex que resulta aún más inquietante que la portada, “Hiroshima?” o “Estupidos escépticos”, completadas, en este caso con dos versiones de clásicos, “Economía sumergida” (Os Resentidos), tal vez el tema que mejor resume el espíritu del disco o la resucitada “In the midnight hour” (Wilson Pickett), rejuvenecida y convenientemente acelerada para la ocasión.

En definitiva, un disco del que lo mejor que se puede decir, además de que te da un subidón de muerte en cada escucha es que se hace sorprendentemente corto, de manera que te empuja a escucharlo varias veces seguidas, con el consiguiente riesgo para la salud que ello implica.

Para los incondicionales, imprescindible. Para el resto del público en general, muy recomendable.

CALIFICACIÓN: 8/10.


Puedes hacerte con una copia de su disco y/o una camiseta en la tienda de Los Individuos en RequeSound.