Obituario: Dale Hawkins

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A casi todo el mundo le suena la canción “Susie Q”, en la versión de Creedence Clearwater Revival, esa astuta banda norteamericana que supo sacar chispas de verdaderos clásicos del rock and roll, que se encumbró en los setenta y que, incluso fue acusada de plagio por Little Richard, respecto a su canción “Travellin’ Band” (realmente un calco del mejor estilo de la genuina reina del rock and roll).
Pero la gran mayoría, excepto curiosos crónicos como servidor de ustedes, sabe que ésa canción fue compuesta e interpretada por un chinarrín de 18 años llamado Dale Hawkins. Lo han adivinado: desgraciadamente, Hawkins se fue del mundo material el pasado 13 de febrero.
Dale Hawkins, originario del estado de Louisiana (USA), fue absorbido por el hillbilly y Rhythm and Blues de principios de los cincuenta y fue uno de los pioneros en la etiqueta musical hoy conocida como Rockabilly. Estuvo, simplemente, en el momento y en el lugar adecuados.
Se marchó de casa, de la miseria y de la sordidez a la edad de quince años, enrolándose por un corto período en la marina estadounidense. Pronto entra a trabajar en una tienda de discos en la ciudad sureña de Shreveport y es allí donde empieza a cultivar su pasión musical, siendo especialmente deudor de Elvis y, más concretamente del guitarrista de la banda de Presley, Scotty Moore. En 1956, junto a su banda (incluyendo al genial James Burton a la guitarra y a Joe Osborne al contrabajo) se curra el circuito musical de Lousiana
Animado por su pasión verdadera y henchido de influencias, tarda cinco meses en escribir la canción por la que será recordado eternamente. “Susie Q”: “en 1957, pagamos 25 dólares al ingeniero Bob Sullivan de la estación de radio KWKH, por el estudio que se quedaba vacío por la noche, cuando no había emisión de programas y cuando cambiaban los equipos. Sullivan fue el ingeniero de la grabación y yo mismo fui el productor. Nos llevó siete tomas para que la canción sonara bien”. James Burton, el futuro genial guitarrista que llegó a tocar con Elvis en su período de resurrección, contaba solamente con quince años.

 

 

 

Así salen muchas veces las cosas, por casualidad y por la conjunción de una serie de circunstancias que producen el hechizo y la magia del instante. Hawkins mandó la cinta a Leonard Chess, de la Chess de Chicago y, también a Jerry Wexler, de la Atlantic de Nueva York. Chess, finalmente, lanzó el single, que se convirtió en un éxito asombroso y supuso un claro indicativo de que una nueva música comenzaba a fraguarse en la estela luminosa de Elvis. “Susie Q” subió al puesto 27 de lista de éxitos de EEUU y alcanzó el número siete en la lista de R&B, en julio de 1957.
A partir de entonces, y aprovechando el éxito de la coplilla, Hawkins sigue sacando singles en Chess hasta abril de 1959. Pronto es olvidado. Y Hawkins se desplaza al mundo de la producción, trabajando con muchísimos grupos y solistas a lo largo de más veinte años: Harry Nilsson, The In Crowd, y muchos grupos oscuros del área de Lousiana, Texas y Arkansas. Hawkins, incluso, tuvo su propio show en la radio, que alcanzó una popularidad muy extendida en el sur de EEUU. Tuvo problemas adictivos, concretamente al estimulante Benzedrina. No llegó a rehabilitarse hasta los años ochenta.
A pesar de su labor como cazatalentos y como productor, Hawkins siguió tocando en esos circuitos nostálgicos de la trastienda y en prestigiosos festivales americanos como el New Orleans Jazz and Heritage Festival.
Hawkins, el primer blanco que fue fichado por la discográfica Chess, marcó un comienzo con “Susie Q”: antecedente de la pantanosa música que floreció en los sesenta en el sur de los USA. Y también echó una manita a John Fogerty y a su banda. La versión de los Creedence, fue su primer single en 1968 y su primer éxito en las listas.