¿Por qué compramos CDs?

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No voy a ser yo el que salga ahora en defensa de las grandes
multinacionales fabricantes de productos que realmente no necesitamos
y que además son dueñas de gigantescas empresas de telecomunicaciones
que consiguen que realmente creamos que necesitamos esos productos que
fabrican, y no voy a dudar ni por un momento que detrás de todo esto
hay un complot para convertirnos en babeantes y dóciles consumidores.
Pero, lo siento por los nostálgicos del vinilo, el disco compacto es
un formato mucho mejor para escuchar música. Por supuesto, la calidad
del sonido depende de la masterización y la mezcla, así que cuando una
grabación está tratada correctamente, en el disco compacto hay una
amplitud inimaginable en un vinilo chasqueante. En aquellos tiempos
cuando un disco me gustaba mucho al final tenía que volver a
comprármelo para poderlo oír sin los chasquidos y rayajos.

Los discos compactos son más manejables, se accede más rápido a la
información, son mucho menos frágiles, y atención, SON MUCHO MÁS
BARATOS DE FABRICAR QUE LOS VINILOS. Ahora bien, lo que jamás
entenderé es que un trozo de plástico con una funda de papel que quizá
cuesta menos de un euro fabricar, te lo quieran vender por 24 como si
tal cosa. Ya hemos hablado de esto en alguna ocasión, y por aquí hay
gente que fabrica discos (y no miro a nadie) que puede dar datos más
precisos.

Sencillamente yo creo que si sumas los gastos de estudio, los gastos
de promoción, los gastos de producción, etc., y lo divides por la
tirada, en la mayoría de los casos, para cubrir gastos en una primera
edición bastaría con vender los discos a ¿cuánto? ¿10 euros? ¿12 si la
tirada es pequeña? ¿Quizá 6 si la tirada es grande? ¿O quizá todavía
menos? Y sin embargo si el disco es una reedición, los únicos gastos
reales son los de fabricación. Vamos, que podrían estar hasta más
baratos que las copias piratas. Añádele a eso un margen de beneficio
razonable, digamos que quede por debajo del 500% o algo así, y quítale
el impuesto de artículo de lujo, y tendríamos los discos en las
tiendas a precios bastante razonables.

Pero los ejecutivos de las grandes multinacionales gastan demasiado en
cocaína como para poder permitirse matar a la gallina de los huevos de
oro, ¿no?

Pongamos entre todos un granito de arena a este artículo de opinión.