Cosecha del 70: Live At Leeds

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Ante todo, debo constatar que mi subjetividad, en toda su más amplia expresión, está presente en este vehemente comentario, surgido, como casi todo lo que escribo por estos lares ilustres, de la casualidad temporal, que funciona perfectamente como excusa para escribir sobre lo que me apasionó en su momento, y todavía sigue embargándome de emoción genuina.
Durante 1970 (35 años ya), se publicaron álbumes trascendentales para mi propia educación musical y para millones de personas en todo el mundo. Es un buen año, una buena cosecha, una añada espectacular, teniendo en cuenta que el sueño había terminado, en palabras de John Lennon (uno de los genuinos protagonistas de este año), los años sesenta, los sueños ingenuos del verano del amor se habían manchado de barro en las suaves colinas de Woodstock.
Comienzo esta serie de álbumes y esta serie de comentarios con el que siempre conservaré en mi subconsciente como el mejor directo al que he asistido, siempre que se admitan aquellos conciertos en los que has participado en tu imaginación bulliciosa. Y es que hay discos en directo que reproducen, con fidelidad pasmosa, lo que aconteció en un momento determinado, en circunstancias concretas y en una época específica.
El álbum “Live At Leeds” de la banda británica The Who supone una obra inaudita para los gustos y fantasías musicales del final de la década prodigiosa. Nadie, e insisto, nadie en esa época sonaba como The Who: la intensidad de decibelios, la crudeza instrumental y la mala ostia eran únicos en su especie. Lo siento: ni los mismísimos Rolling Stones, ni los Led Zeppelin consiguieron alcanzar la intuición primitiva y la cohesión indestructible de The Who, ésa que tenían en 1970 y que decidieron pasmar en un álbum, como fiel legado de lo que los Who supusieron en la escena del directo. Simplemente, fueron la mejor banda en vivo de rock.

 

 

 

En esa época, los Who acababan de llegar de una extenuante gira por los USA, habiendo grabado varios conciertos, con la intención de editar un disco en directo. Sin embargo, la extenuación de Pete Townshend le indujo a desechar todas las horas de grabación americanas y, de paso, evitar su escucha y el trabajo de seleccionar las mejores coplillas. Así, la banda decide irse de gira por el Reino Unido, una gira que se focalizó en sitios pequeños, los preferidos de la banda, aquellos en los que la intensidad de un grupo como The Who pudiera sentirse en toda su maravillosa y rabiosa intensidad. Durante los sesenta, la Universidad de Leeds había albergado grupos de calidad, gracias al comité de festejos gestionado por estudiantes ávidos. En 1970, el refectorio – comedor de la Universidad había sido remozado, construyendo un escenario en condiciones……………….este “modesto” comedor, con capacidad para 2000 personas aproximadamente iba a entrar en la historia del rock de manera casual: los Who tenían previsto editar el concierto celebrado el 12 de febrero de 1970 en Hull, pero graves problemas de grabación provocaron que se desechara su publicación. Es así, que Leeds se erigió en la elegida para plasmar la violencia más pura del rock and roll y entrar en la historia por la puerta grande.
Y en esto que entramos en disquisiciones esenciales y polémicas: ¿hubo una banda más compacta, más engrasada, más brutal en ese año de 1970? Sí, aquí seguramente que se levantan voces diletantes que mencionarían a grupos, digamos, oscuros o grupos garajeros norteamericanos – ¿The Sonics quizás? – o solistas del sucio soul sureño………pero estamos hablando de rock and roll poderoso, un antecedente celestial del heavy rock y no se deben mezclar churras con merinas ni realizar comparaciones imposibles.
The Who actuaban como un grupo cerrado pero, a la vez, actuaban como solistas. En Leeds, la expresión de The Who se ejemplifica en las líneas de bajo de John Entwistle, los riffs de Pete Townshend, los alardes vocales de Roger Daltrey y la batería milagrosa de Keith Moon. Todo en conjunción, sin embargo siempre ejecutando solos perfectamente engrasados. “Live At Leeds” supone la culminación del directo del rock, anticipado por la actuación que The Who en Woodstock, en donde ya demostraron su apabullante superioridad sobre el escenario.
El concierto de Leeds supuso tres horas de incansable salvajismo, tanto musical como escenográfico, de una intensidad absolutamente deslumbrante y de una comunión con el público difícilmente alcanzable en la época.
Entre “Tommy” y “Who’s Next”, the Who muestran su faceta más querida, más trabajada: su directo. Solamente un ejemplo, sin embargo.
Dos años antes, The Who actuaron en un especial televisivo de The Rolling Stones, el ya legendario “Rock and Roll Circus”. The Who actuaron antes de los Stones, rindiendo una versión antológica de “A Quick One (While He’s Away)”. Los Stones desecharon la retransmisión del especial televisivo y archivaron la grabación. Nunca salió al aire, hasta que, en 1997, se decidió su publicación en vídeo y DVD. Implícitamente, y también expresamente por boca de Bill Wyman, los Stones no pudieron soportar que The Who les robaran el show por la cara.

 

THE WHO – LIVE AT LEEDS (Decca/MCA), publicado el 16 de mayo de 1970
Grabado en directo en la Universidad de Leeds (Yorkshire, Inglaterra), el sábado 14 de febrero de 1970.
 
Producido por Jon Astley, Kit Lambert y The Who.
 
Roger Daltrey: voz, harmónica, pandereta; Pete Townshend: Guitarra, voz; John Entwistle: bajo y voz; Keith Moon: batería y voz.
 
Llegó al número 3 de las listas británicas y al número 4 de las listas norteamericanas.