Comienza la película con Crosby confesando que le queda muy poco tiempo de vida, no ya debido a su edad, sino a su delicado estado de salud. Y desde esta convicción de que el tiempo es oro para él, en Remember My Name se confiesa de sus errores y faltas durante una vida que ni él se explica cómo ha llegado a ser tan longeva.
El documental repasa toda su carrera musical desde los inicios, su ascenso meteórico a estrella con The Byrds y su salida de la banda para, poco después, juntarse con Stephen Stills y Graham Nash, la entrada de Neil Young en la banda y su carrera en solitario. En este repaso lleno de imágenes y vídeos de archivo, actuaciones en directo y demás metraje maravillosamente escogido, Crosby recuerda momentos como la primera vez que Stills, Graham y él cantaron juntos, o como Neil Young compuso Ohio unos días después de los asesinatos de cuatro estudiantes por la Guardia Nacional en la Universidad Estatal de Kent en una protesta antibelicista, y como ese mismo día la grabaron como single.
Pero si por algo destaca esta película es por el retrato de la vida de David Crosby contada en primera persona por el talentoso músico, que de alguna manera ajusta cuentas consigo mismo por haber sido, en sus propias palabras, egoísta, mal amante y mal amigo. Sus adicciones, sus problemas con la ley, sus amores, la muerte de personas cercanas y su mal carácter se reflejan en sus relaciones a lo largo del tiempo con sus seres más queridos, y Crosby nos cuenta las consecuencias de sus actos: ninguno de sus antiguos amigos y camaradas le hablan; ni siquiera el que fue su amigo del alma y su mayor apoyo durante sus peores años, Graham Nash.
De alguna manera, Crosby se desnuda en una catarsis emocional, entona sus “mea culpa” y admite que lo único que le queda para ofrecer es su música; mientras espera que la muerte llame a su puerta, el cantante se muestra redimido y dispuesto a ofrecernos su voz y sus canciones hasta el último minuto y lo hace en una película que se aleja con acierto del sentimentalismo pero que acaba siendo absolutamente emotiva.