Cuando me inicié en esto de la música, como apasionado aficionado, influenciado por la constante avalancha de música (en glorioso vinilo) que provenía de mis hermanos mayores, siempre me llamó la atención un músico que aparecía en casi un disco de cada tres. Claro, estoy hablando de un baterista que se ha convertido en todo un referente, aunque nunca ha sido miembro oficial de ninguna banda (al menos que yo sepa, claro, ya sabéis que a mi no me pagan por esto). Su nombre es Jim Keltner.
Para un chavalito entusiasmado por la música y teniendo como referente a los cuatro fabulosos, era imposible no conocer a Keltner. Aparece en muchas sesiones de George, John y Ringo en solitario. Y fue un baterista esencial para Bob Dylan muchos años. Siempre quedé intrigado por Keltner. Fuera de la órbita Beatle, me acuerdo que compré el “Paradise and Lunch” de Ry Cooder y ahí también estaba Keltner, omnipresente. Yo creo que con Keltner inicié mi enamoramiento por músicos de sesión.
Un tema importante: Keltner me puso en conexión con muchos músicos, de los que ni siquiera tenía noticia. Es decir, amplió mi entonces reducido círculo musical, “presentándome” a otros grandes con los que tocó en incontables grabaciones.
Keltner, oriundo de Tulsa, Oklahoma siempre ha escondido sus orígenes, o bien, su estatura mediática no ha sido lo suficientemente grande como para encontrar una biografía en condiciones. Un músico sencillo, siempre se ha dedicado a su trabajo, su manera de tocar la batería, precisa, sencilla, pero demoledoramente rítmica.
Su primera sesión como baterista conocida fue con Gary Lewis and The Palyboys, el grupo del hijo de Jerry Lewis que obtuvo un éxito masivo en los USA. Tocó en la cara B de un single, en el tema “She’s Just My Style”.
Mi primer conocimiento de Keltner tuvo lugar hojeando los créditos del “Imagine” de John Lennon. Especialmente llamativa es su batería en el clásico de Lennon “Jealous Guy”, en la que imprime todo su carácter y precisión técnica. Preguntado por sus colaboraciones con Lennon, Keltner replicó: “Por supuesto, era extraordinario. Sus canciones eran tan completas. Fue el último escritor de canciones, a la manera de Bob Dylan, de Neil Young. Tíos que escriben canciones en las que la canción se sostiene por sí sola. Ha sido una de las más grandes experiencias de toda mi vida, trabajar con John, uno de los más grandes escritores de canciones de nuestro tiempo”.
De ahí pasé a descubrirle en varios discos de Dylan: “La primera vez que toqué con Bob fue a principios de los setenta con Leon Russell, Carl Radle y Jessie Ed Davies. Hicimos “Watching The River Flow” y “When I Paint My Masterpiece” el mismo día. Y luego no le volvía a ver hasta que hicimos “Knockin’ On Heaven’s Door” en Los Angeles. Fue una sesión monumental para mi, porque era una canción tan emotiva, fue la primera vez que realmente lloré mientras tocaba. Cuando la escucho en la radio, es una canción muy especial para mí. Siempre que la escucho mi ánimo se recupera, porque es un momento muy especial de mi vida que siempre estará ahí”.
Después de colaborar con Lennon, Keltner siempre ha sido un devoto y fiel acompañante de George Harrison, siendo uno de los amigos que le acompañaron en el concierto benéfico de Bangla Desh, celebrado en el Madison Square Garden de Nueva York, en 1971. En el concierto, tocó con uno de sus ídolos incontestables y amigo íntimo, Ringo Starr. Keltner fue miembro de la superbanda de Ringo los All Starr Band (donde compartía cimbales con otro mago, Levon Helm): “Tocar con Ringo es algo que todo el mundo debería hacer. Es tan honesto. Simplemente, disfruta y cuando hay que llenar huecos, lo hace de manera impecable. Uno de los más olvidados y subestimados bateristas del mundo del rock. No hay nadie como Ringo.”
La nómina de músicos con los