EXPLOSION POP: Una fiesta nostálgica pero al fin y al cabo una fiesta rock con todas las letras

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El pasado jueves hubo momentos de magia. De gran emoción. Hubo pasión, electricidad, ruido y nueces. Claro que no todo el mundo estará de acuerdo conmigo. En concreto un (supongo) periodista de «La Voz de Galicia» llamado Camilo Franco se encargó al día siguiente de machacar todo lo que habíamos visto unas cuantas personas en Compostela en una Praza da Quintana casi llena. Al individuo en cuestión que a partir de ahora llamaré «el Iluminado» lo debieron de llamar para cubrir el concierto cuando tenía las maletas en el coche ya listas para irse de vaciones porque si no, no se entiende la mala baba y los pocos argumentos para realizar tan indignante crónica, repito, aparecida en La Voz de Galicia el sábado 1 de agosto del 2009.[p]

Bien, comenzando por el principio, yo me embarqué en un viaje organizado por la peña «Os Glutamateiros de Vilalba» para asistir a tan magno evento quedando una pandilla de lo más variopinta con muchos veteranos con ganas de fiesta y de rememorar viejas canciones que son parte de su vida y de la mía e incluso de los más jóvenes que se atrevieron a ir.

Al llegar a Santiago quedamos con unos siempre simpáticos y amables Patacho e Iñaki, a los que se unieron Javier Andreu, Julián Hernández y Germán Coppini. Tambien Josele pasó fugazmente por allí,  pero yo en esos momentos estaba viendo al grupo telonero «Black Stones» que interpretaban temas de The Beatles, CS&N y cosas por el estilo con buen gusto pero llegando al aburrimiento tras varios temas propios en castellano (el eterno problema de la adaptación idiomática que lo que en inglés queda bien si lo pasas a español sin filtro queda pachanguero por muy bien que se ejecute). [p]

Y en esto comienza la fiesta. Antes de comenzar la crónica me pararé un poco en la banda de acompañamiento; la banda cumplió, sobre todo por el excelente trabajo de Patacho que comandó a la guitarra a los «contratados» y del bajista que sostuvo todo el rato ritmo y canciones sin apenas dudas. En cuanto al batería vamos a decir que era correcto y el guitarrista era un emulador de Satriani en aspecto, sonido y técnica que no estropeó el concierto porque le dejaron el protagonismo justo…

Ahora sí, aquí empieza todo. Según «el Ilumindado» : «Javier Andreu, de La Frontera, salió de primero y con eso cumplió». Primer conflicto: el concierto empezó con una instrumental de rollo surfero comandada por Patacho que se enlazó con la explosiva salida al escenario de Iñaki para arrancar con «Corazón Loco» de Glutamato. Ahora sí, presentación de Javier Andreu que como poco nos recordó que hubo un country-rock en español alejado de las ñóñerías de Los Secretos y además me descubrió que aparte de ser un buen vocalista, tiene un buen sonido guitarrero y toca muy bien la armónica; eso sí, jugó sobre seguro y cayeron Judas el Miserable, otra conocida de la que no recuerdo título (soy joven y borrachuzo) y El Límite en el que corearon Iñaki y Germán si no recuerdo mal.

Llegó entonces el turno de Germán Coppini, el más desconocido para mí, que pasó de grandes éxitos de Golpes Bajos y se metió en terrenos de rock más denso; según «el Iluminado»: «parece más cómodo con menos rock de fondo y con sus canciones como demostró en Ferrol pero oírlo cantar Amor Amar de Camilo Sesto quizás sea una paradoja de los tiempos que los científicos no lograrán explicar solo con ecuaciones»… cuando leí la crónica me di cuenta que Amor Amar era esa canción que sonó a hard-rock como paranoico y que me llamó especialmente la atención en el repertorio de Coppini… claro que yo no la reconocí y la disfruté como la primera vez que oye uno algo bueno. La actuación de Coppini se cierra con «Bailaré sobre tu tumba» con Julián Hernández como coros y añadiendo estrofa santiaguesa; cualquiera medianamente fan de Siniestro hubiera pagado por este emocionante reencuentro pero se ve que al «Iluminado» le pareció aburrido.[p]

Aquí llegamos a uno de los conflictos más grandes. Sale Iñaki y atacan el repertorio de Glutamato Ye-Yé. Quién haya visto a este hombre en acción sabe que es un hombre que no para: salta, corre por el escenario y se comunica con el público; pero además canta bien. Lo que es un frontman, vaya. Gente que no lo conocía se animó y comentaba que vaya energía… Pero ¡ay! siempre hay quien nos quita la ilusión: «Iñaki Glutamato se fue a por peras dando ánimos y animándose al gallego: lo más arriesgado que hizo» – Iluminatix dixit. Cayeron varios clásicos como Hay un Hombre en mi Nevera, la GRAN Hey Tío y un Todos los Negritos con Josele ya a los coros y la guitarra eléctrica. Y si ya empezaba a con Glutamato a crearse un jolgorio grande, a Josele en Santiago se le adora… Con él, el Iluminado no se atrevió, así que contaré solo lo mío. [p]

Tras la colaboración de Todos los Negritos se queda como cabeza visible nuestro Josele. Se arranca con Complejo y algo en el estómago empieza a dar vueltas. Hace solo un par de años que con motivo del aniversario del Ferpectamente se la habíamos escuchado y por eso no fue mayor shock. Un Josele sereno y sonriente, Telecaster negra al hombro empieza a rockear y eso son palabras mayores. Lo siguiente, cuando todos esperábamos un castañazo enemigo, cómo no el genio y figura, se planta con una armónica y la eléctrica, a lo Dylan con banda y toca una canción de Moris proclamando que tuvo que venir un argentino en el 79 a quitarnos el complejo de españolitos (yo supongo que se refiere al rollo cantautor rock). El tema, Nocturno de Princesa. Y entonces llegó el momento. Un riff que nunca esperaba volver a escuchar de la guitarra de Josele. Un tema recordado cada noche en mil bares y en mil conciencias. Arranca Desde el Jergón y llega la locura. El Satriani entra antes de tiempo pero no pasa nada, el corazón en un puño y unos lagrimones caen por mis mejillas. ¡Eso era, Josele!. El caso es emocionar, no hace falta tanto rollo. Y él tiene eso, eso que tiene Neil Young que con un acorde y una estrofa es capaz de erizarte hasta los pelos de las orejas. Tras la artillería, llamada a Julián pero como no sale, se arranca con un rock&roll «Mermelada» (tambien del 79 según él) y al finalizar, Dentro con Hernández a la armónica y voz como en el Escocidas.[p]

Llegados a este punto, se queda ya Julián en el escenario y suena Quienes Somos… en su versión más tranquila y aquí, que me perdone el amigo Hernández, me fui a por una copa y el tiempo se pasó volando. [p]

Como dice nuestro ya amigo «el Iluminado»: «En los ochenta había, sobre todo, frescura […] ahora tocan todos mejor y cantan mejor, pero el resultado es mucho peor» . «Es duro tener más pasado que presente. solo hay una cosa peor: tener m&aacu