Las canciones favoritas de Román García

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Hay personas que pueden hacer que tu vida cambie. En mi caso, viejo seguidor de Los Enemigos, esto sucedió hace ya seis años cuando, por casualidad topé con una página web llamada “RequeSound” en la que participaba una gente admiradora de la banda de Josele Santiago. Rápidamente, mis ojos se fijaron en una sección titulada “Recomendaciones”, en la que un tal Román escribía sobre muchos de mis discos favoritos.

Tal conexión musical era asombrosa: fue el colmo ya cuando recomendó discos de George Harrison, ni más ni menos; algo insólito para mí, que me consideraba un llanero solitario en la reivindicación del guitarrista y compositor de Liverpool (ése que estuvo en los Beatles)……..Ya, por aquellos años, admiraba enormemente a Los Marañones, ese épico grupo murciano. Y descubrí que Román, no era otro que el bajista.

Y ya no paré. Gracias a Román, a esa casualidad, he podido disfrutar de la amistad, de la camaradería y de las afinidades de un grupete de lunáticos enfebrecidos por la música. Eso es RequeSound.

Para cerrar, si acaso, un círculo, he entrevistado a Román García. Y este es el resultado. Un tío tan interesante merece un monográfico extenso, por eso considerad esto como un mero extracto. Un apunte liviano de un tipo amable, encantador…….¿qué decir? De todo un amigo.


Foto: Txus

Empecemos por una pregunta que siempre me ha asaltado en las tardes invernales de soledad ¿por qué el bajo? Es decir, porqué recalas en el bajo como instrumento ¿ha sido tu instrumento desde que empezaste?

Depende a lo que llames «empezar». En casa siempre ha habido una guitarra española, pero mi primer instrumento oficial fue la bandurria. Sí, un primo nos regaló una y a mí me metieron en el conservatorio con ocho años a hacer repiques. No duré ni un año.

Años más tarde me intenté matricular en guitarra, pero tenía que ir a las clases de solfeo con niños de ocho años, así que lo dejé.

Luego quise comprarme un saxofón, pero me compré una flauta. Años más tarde conseguí un saxo alto muy barato, que nunca conseguí que sonara afinado. Pero no era problema del saxo.

Por esa época, Miguel y Ricardo ya andaban grabando en mi casa, y como Miguel, que era el bajista, también era el guitarra solista, a mí me tocó ocupar su puesto con el bajo. Y así hasta ahora.

¿Qué vino primero, tu faceta “escondida” de ilustrador o tu vertiente musical?

En cierta ocasión resumí más o menos así mis orígenes como dibujante:

«Poco después de nacer empezaron a caer en mis manos tebeos del Sargento Gorila y de Tintín; después de romperlos, tuve el primer lápiz, pero tardé un tiempo en comprender cuál de los dos extremos era el que pintaba; cuando lo supe, me dediqué a morder el otro.»

La cosa es que en mi casa siempre ha habido tebeos y discos, y ambas cosas me fascinaban. Dibujar, he dibujado siempre, pero lo de tocar un instrumento seriamente (si se puede decir) vino más tarde. Me gustaba tratar de sacarle sonido a cualquier cosa que cayera en mis manos, pero era más una diversión que otra cosa. No pensaba que fuera a dedicarme a eso, aunque fantaseaba con la idea.

¿Cómo iniciaste tus pinitos musicales?

Pues eso, grabando canciones en casa con Miguel y otros amigos. Nos juntábamos, pillábamos todos los instrumentos que hubiera a mano, y a grabar. Con el tiempo la cosa se fue poniendo más seria y acabamos montando el conjunto.

¿Cómo te encontraste con Miguel y Ricardo?

A Miguel probablemente me lo encontré en el recreo, en 4º de EGB. En 6º ya íbamos juntos a clase y estábamos en la misma pandilla. Así hasta ahora. A Ricardo también lo conocía de vista de los recreos, pero no fue hasta 3º de BUP que coincidimos en clase y nos pusimos a hacer tebeos. Y a grabar.

Indagando, indagando, se que tu padre, con su familia, incluido tu (creo), vivió una temporada en Africa ¿tienes recuerdos infantiles de tu paso por allí? ¿Cómo crees que esos recuerdos influyeron en ti?

Sí, mi padre se fue a trabajar a lo que entonces era el Sáhara Español (no en el Magreb) con mi madre y mis hermanas. Yo nací allí, en el Aaiún. Vine a la península con cuatro años, así que mis recuerdos son muy difusos. Además, a mi padre le gustaba mucho hacer fotos y películas con su cámara de 8 mm., así que mis recuerdos reales andas muy mezclados con las imágenes de esas películas.

No sé exactamente qué influencia ha podido tener eso en mí, pero desde luego, viviendo aquí en Murcia de niño me hacía sentir un poco protagonista eso de venir de un sitio tan exótico. Era como un juego lo de aguantar la sorpresa, cuando los niños decían de qué pueblo eran o de qué provincia, y llegaba yo y decía un sitio tan raro. Luego venían las preguntas y la rutina de hablar de dunas y camellos.

¿Cuáles son las conexiones que encuentras entre artes, aparentemente tan alejados entre sí, entre las artes gráficas que cultivas y la música?

Bueno, para empezar, no las veo tan alejadas. Hay infinidad de ejemplos de pintores o dibujantes que también son músicos o de músicos que también son pintores. De hecho, creo que todo lo que sea creación artística (por decirlo de alguna manera) está relacionado.

En fin, supongo que será una necesidad de expresarse de un modo o de otro, o de disfrutar con las expresiones de los demás. Sin entrar en teorizar mucho, creo que es una cuestión de mezclar ingredientes y conseguir un balance. Los ingredientes pueden ser acústicos, visuales o narrativos, es indiferente.

En cuestión de gustos musicales eres muy ecléctico, según he podido comprobar, pero me llama la atención tu devoción por Zappa – ¿qué destacarías de Zappa, qué es lo que provoca tu admiración?

Frank ZappaOtro que fue pintor y dibujante antes que músico. Lo que más me atrae de Zappa es su libertad, su variedad y, sobre todo, su sentido del humor. Uno de sus lemas era: «¿Por qué no?» También me interesa mucho su forma de entender la vida, que creo que se relaciona íntimamente con su música.

Además de Los Marañones ¿tienes vida alternativa fuera de la música? ¿Colaboras con otros grupos?

Antes esporádicamente y ahora de forma permanente, toco e