Producido por Martin Scorsese, en realidad, Long Strange Trip es más una serie documental que un documental al uso. Dividido en seis capítulos repasa la trayectoria de la banda desde su origen hasta su final provocado por la muerte de Jerry Garcia en 1995. Las fantásticas imágenes de archivo (algunas inéditas) se entrelazan con testimonios de los miembros vivos de la banda, gente que formó parte del equipo y entorno de los Dead (impagables las apariciones de Sam Cutler y Steve Parish) y de un puñado de Deadheads.
Los capítulos se centran en diferentes épocas y enfoques, aunque la narración gira mayoritariamente en torno al puntal principal de la banda: Jerry Garcia. Así, el documental arranca hablándonos de la infancia y juventud de Jerry, sus inicios musicales centrados en el folk y el bluegrass y como va conociendo a los que serán sus compañeros de grupo hasta la formación ‘oficial’ del mismo en los Acid Test que organizaban Ken Kesey y los Merry Pranksters. Y es que la historia de Grateful Dead va unida, desde sus inicios hasta su final, a la contracultura que unos años antes se había originado con los beatniks y que se renovó y transformó en el movimiento hippie de los 60 con base principal en su San Francisco natal. Rock&roll, paz, amor, LSD y marihuana.
A partir de aquí, todo lo positivo y negativo del largo viaje de los Dead se nos narra de una manera más o menos cronológica: su convivencia en Haight-Ashbury, la firma con Warner y los problemas con el gigante discográfico, su mudanza al campo y giro a las raíces para gestar sus dos álbumes más exitosos (Workingman´s Dead y American Beauty), la legendaria gira europea del 72, el desastre de Altamont, la muerte de Pigpen, el Wall of Sound, los problemas con los abusos de sustancias, el concierto al pie de las pirámides de Guiza, el inesperado éxito de masas en los 80 y los conflictos asociados al mismo… todo está contado aquí, aunque especialmente centrado en la vida de Garcia, con mayor o menor profundidad por sus protagonistas, allegados y fans, lo que lo convierte en una pieza indispensable tanto para seguidores de la banda como para curiosos que quieran saber algo acerca de ésta irrepetible formación.
La elección de los pasajes musicales es excelente, con sonido remasterizado (para bien), incluyendo las interpretaciones completas en la impresionante banda sonora. Los testimonios, el ritmo de los episodios y la narración de los mismos son ágiles y frescos, mezclando el boceto del entorno social de cada época con las andanzas y decisiones de la banda y dedicando incluso un capítulo a sus seguidores más fieles, los Deadheads, ya que la tropa que los seguía por todos los Estados Unidos también son protagonistas (y a veces fuente de conflicto) de este extraño y largo viaje y, gracias a ellos, existen hoy en internet miles de archivos musicales de actuaciones en vivo que en su día fueron cintas pirata que se pasaban de mano en mano.
En definitiva, un más que recomendable documental al que solo le puedo poner un par de peros: el ligero tratamiento y paso de puntillas por ciertos temas delicados de la historia de la banda como la marcha de Mickey Hart cuando su padre les birló unos cuantos miles de dólares, la delicada situación de Pigpen antes de su muerte, o la salida de la banda de Donna y Keith Godchaux y la muerte de éste poco después en accidente que ni se nombra en el film. Pero eso ya son apreciaciones de un fan irredento que, como todo deadhead, siempre quiere más Grateful Dead.