Los Deltonos estrenan vídeo: MERECIDO

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[vc_video link=»https://www.youtube.com/watch?v=PkPmfFjkVGc»]Cualquier excusa es buena para hablar de Los Deltonos, y en este caso no es otra que la presentación del «roadclip» -así lo denominan ellos- de «Merecido», primer corte de su último disco Salud!. El vídeo muestra imágenes de directo y de la banda en la carretera durante la última parte de la gira de presentación. Y mucha carretera es la que lleva este grupo, en especial Hendrik Rover, su líder y único miembro fundador que continúa en una formación que ha superado ya el cuarto de siglo. Una carretera sinuosa, llena de baches que siempre han superado con tesón y siguiendo hacia adelante.

Desde los primeros tiempos como trío de rythm & blues hasta hoy como cuarteto de rock&roll han recorrido todos los rincones de España una y otra vez, y casi siempre por carreteras secundarias, ganándose sus seguidores pueblo por pueblo, siempre sin un apoyo y una promoción que hubiera podido llevarlos por las mejores autopistas o incluso en vuelos de primera clase.

La cosa empezó con fiebre, ya que el Tres Hombre Enfermos (1990) -su primera y excelente reseña discográfica- y sus presentaciones en directo les granjearon un buen número de seguidores tan fieles que contagiados crearon el Club Enfermo cuando no era tan fácil como crear una página de Facebook o Twitter: la comunicación se realizaba por correo postal. Después llegó Bien, Mejor (1992) y su «power blues» siguió rodando a alto nivel hasta encontrarse con el primer muro: los problemas con una discográfica que los denuncia por incumplimiento de contrato lo que no sólo les impide sacar nuevo material sino ni si quiera tocar bajo el nombre de Deltonos. Además el disco es retirado de las tiendas… y un juez incluso llega a calificarlos como «grupo intelectualmente violento», sea lo que sea eso. ¿Y qué hacer en este punto? Rebelarse y poner de nuevo en marcha el motor, si tenía que ser como forajidos así sería, pero Los Deltonos no iban a parar de tocar. Aparecen también en estos años y editados sin permiso de la banda el EP Calamar y el directo Ego Trip.

Tras tres años de disputa llegaba Ríen Mejor (1996) donde aparecían nuevas influencias y un aire más funk-rock, de nuevo con composiciones y ejecución sobresalientes.

Llegó entonces el momento del letargo. El motor dejó de rugir y Hendrik, su líder y ya único componente que había realizado todo el viaje, decidió aparcar la máquina y probar otros caminos con Hank.

Era 2001 cuando a la puerta de un concierto de la gira de despedida de Los Enemigos, un buen amigo mío con los ojos muy abiertos y fijos en un folleto que acaban de darle, decía: «¡¡el mejor guitarrista de España va a sacar nuevo disco!!». El folleto en cuestión anunciaba el regreso de Los Deltonos con un EP de 4 canciones titulado ON! que pronto dió pie a un largo llamado Sólido (2003). La formación era ahora un cuarteto al haberse incorporado Fernando Macaya como segundo guitarrista y se completaba con Pablo Z al bajo e Iñaki García a la batería, que junto a Hendrik, pasó a ser la formación más estable de todo el trayecto. En este disco las influencias del funk se extreman hasta acercarse casi al funk-metal en algunos temas, aunque en otros ya hay retazos de lo que vendría luego. Y la siguiente parada iba a llamarse GT(2005) y ser el inicio de una nueva era deltoniana; un disco que prácticamente fue etiquetado como «americana» que más o menos debe ser rock americano con bifurcaciones country-folk y melodías con cierto deje pop, porque eso es lo que encontramos en este disco, favorito de la crítica y de muchos seguidores, aunque los más apegados al blues del «Hombre Enfermo» quedaron bastante descolocados. A partir de ahí y transitando la misma senda, Buenos Tiempos (2008) -una de mis debilidades de los últimos años-, aporta tonos setenteros, La Caja de los Truenos (2011) ahondando más en la raíces americanas, Saluda al Campeón (2012), con seis canciones y continuación del anterior título… y en 2015 llegó Salud!, siguiente parada, quizás la más sureña de todas. Entremedias, un disco de versiones elegidas por sus fans, ahora ya a través de internet, SixPack (2007), el paso a la independencia más absoluta con autoproducción y autoedición, la sobresaliente carrera en solitario de Hendrik (Esqueletos, No temáis por mí, Norte-Oeste, Futuros Grandes Éxitos) explorando su vertiente más country-folk, y kilómetros y kilómetros de carretera llevando su música y con ello la excelencia a cada sala de conciertos, festival o fiesta patronal que diera la oportunidad.

Este nuevo brindis llamado Salud! que muestra de nuevo que «el rock americano es posible en castellano» -mantra del señór Rover- no hace sino confirmar que el camino de esta banda debe ser aún muy largo y duradero ya que temas como el rock con aroma sureño de riff poderoso que da título al disco, el power pop de Segunda Vez, los aires rythm&blues-soul con metales a todo trapo de Milagritos o el extraordinario medio tiempo Tripas siguen manteniendo y e incluso elevando el nivel… y eso por citar cuatro porque no sobra nada en los doce cortes del disco.

Y después está su directo, sobresaliente, intenso y siempre de alta calidad. Hendrik, tras años de carrera se ha convertido en un gran cantante – con ese timbre cálido y estilo un poco arrastrado, siempre bien afinado-, como guitarrista está como mínimo en el podio del rock español -para mí el mejor- y como compositor y sobre todo letrista ha ido creciendo hasta convertirse en un gigante. Y no es que las letras blues al grano y con cierta socarronería de sus inicios fuesen malas, pero es que ahora Hendrik Rover es un gran contador de historias y en cada una de sus canciones hay algo cercano y universal a la vez, que puede sentir cualquiera que pise este planeta Tierra. Si a eso sumamos la apisonadora sonora que forman el sólido Javier Arias a la batería (Iñaki dejó la banda tras la edición de Salud!), el hiperactivo Pablo Z al bajo y Fernando Macaya cuya guitarra enreda continuamente con los riffs de Hendrik y sus coros adornan y enriquecen las melodías, pues tenemos conciertazos como al que asistí en la Sala Super8 de Ferrol (A Coruña), el pasado 18 de diciembre, donde tocaron temas de todas sus épocas y que dejó al personal con una sonrisa enorme y un interrogante de por qué esta banda no está en el puto olimpo.
Y precisamente de ese concierto hay imágenes en este nuevo vídeo «Merecido»- rock con mucho roll- donde vemos una banda de músicos tocando, viajando, tomando unas cervezas y, cosas de la independencia, hasta Hendrik ejerce de comercial en una tienda de música, durante los conciertos gallegos de la gira. Y así sigue la rueda girando y acumulando kilómetros, siempre hacia adelante, en una carretera de la que no se atisba el final.

Salud! Deltonos… y por muchos años.

[vc_custom_heading text=»Texto promocional de «Salud!«
(por Josele Santiago) » font_container=»tag:h2|font_size:12px|text_align:left» google_fonts=»font_family:Permanent%20Marker%3Aregular|font_style:400%20regular%3A400%3Anormal»]Los Del Tonos tienen motivos de sobra para darle a su último esfuerzo el nombre de “Salud!”. No sólo la siguen derrochando como la gran banda de (Best) R&B que siempre han sido, sino que, además, es precisamente salud lo que transmite. También es, de paso, lo que desean a quien quiera sentirse aludido.

Yo quiero. Me ocurre cada vez más a menudo con las canciones que escribe Hendrik Röver, cuya puntería debería ser ya legendaria. Cuando terminan tengo la sensación de ser un tipo más saludable. Como si volviese de una larga caminata por el bosque y me dispusiera a abrir una cerveza mientras contemplo la puesta de sol.

“Salud!” es un disco vivificante, de esos que te reconcilian contigo mismo. A veces, incluso, con alguien más. Lo asombroso es que lo consigue desde el epicentro de la profunda decepción que parece impregnar este comienzo de siglo. Sin dramatizar, pero mirando de frente y sin callarse nada. Cada día más certeros, Los Del Tonos nunca fueron amigos de realidades alternativas o mundos imaginarios. A las canciones de Hendrik siempre se puede ir andando.

Siempre me pareció un tipo con los pies en la tierra, desde la primera vez que lo vi en directo a finales de los ochenta. Yo andaba buscando un segundo guitarrista y, cuando acabaron el bolo, le ofrecí el puesto. Me respondió con un escueto “No, gracias”, y después simplemente chocamos las copas y pasamos un buen rato charlando sobre nuestros bluesmen favoritos. Cada vez que saca un disco me alegro de aquello. Porque a veces la única manera de recuperar la salud pasa por que una rubia te encañone con su escopeta de caza.
Josele Santiago.

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