“Summertime Blues”- Eddie Cochran, 1958.
Publicada como single, ésta es la versión original de este tema versioneado cientos de veces por los más diversos y variopintos intérpretes: mi primer conocimiento de la coplilla vino de la mano del “Live At Leeds”, el escalofriante álbum publicado por The Who en 1970, uno de los directos más abrasivos de los que tengo noticia. La canción, además, ha sido reinterpretada por los Beach Boys, The Black Keys, Jimi Hendrix o T Rex. Cochran, ávido músico y productor, compartió el trágico destino de sus colegas Buddy Holly y Ritchie Valens, al fallecer en un accidente de aviación, durante su gira británica de 1960.
“End Of The Season” – The Kinks, 1967.
Compuesta, cómo no, por el genio de Ray Davies, este tema está incluido en el quinto trabajo de estudio del grupo londinense, “Something Else..By The Kinks”, que marca un cambio cualitativo en el sonido de la banda – ya pergeñado en el LP anterior “Face To face”-, orientándose hacia una fresca versatilidad en sonidos y una irónica visión de la sociedad británica. La copla, evocando la partida de la persona deseada, se refiere al final del verano, el anhelado y breve verano británico, “Down in the mud, dreaming of flowers in June”…
“Heat Wave” – Martha and the Vandellas, 1963.
Fruto de la factoría Motown (composición, por tanto, de Lamont Dozier y los hermanos Brian y Eddie Holland) y epítome de su sonido, la canción fue un éxito absoluto desde su lanzamiento como single en julio de 1963. Aunque su título evoque las altas temperaturas del estío, no es más que un calentón adolescente, sufrido por la vocalista principal, Martha Reeves, en aras de la recuperación del ser querido. Uno de los temas a los que llegué, otra vez, a través de The Who, quienes solían introducir su incendiaria versión en su repertorio en directo.
“Blister In The Sun”- Violent Femmes, 1983. Una canción que es inevitable, parte de la educación sentimental de mi generación, asociada a la canícula con ese título tan sugestivo (el “blíster” significa, en jerga norteamericana, retar, reñir…..en su acepción más generalizada significa “ampolla”). Abría el debut de la banda norteamericana Violent Femmes, una composición de un (casi) adolescente Gordon Gano, suponiendo uno de los discos más celebrados de los ochenta.
“Ridin’ In My Car”- NRBQ, 1977.
Los amores de verano siempre han sido fecundos en canciones memorables; ésta es una de ellas, de uno de los grupos más grandes que sobreviven en la industria norteamericana, los NRBQ, ejemplo de banda de culto que alberga canciones absolutamente demoledoras. Esta es una composición de su entonces cantante Al Anderson, incluida en su álbum “All Hopped Up”. Como muchas, la mayoría, de las canciones de NRBQ, no obtuvo el éxito merecido, a pesar de suponer todo un bombazo. Nostalgia del estío y poderío contenidas en dos minutos de pura exquisitez pop.
“Rock Lobster”- B52’s, 1979.
Éxito total de la banda norteamericana, lanzado como single en abril de 1978, sobre una surrealista fiesta playera: su inmediatez y su frescura contemporizaba con los sonidos de la new wave, al tiempo que absorbía esencias de garaje y surf rock. Mezcla letal para una banda que supo divertirse y divertir. Con dos versiones, una grabada para el single y otra incluida en su álbum de 1979.
“Beechwood Park”- The Zombies, 1968.
Incluída en uno de los álbumes capitales del pop británico, el “Oddesey and Oracle”. Compuesta por su bajista, Chris White, de nuevo recurre a la nostalgia de los momentos pasados en un parque del Norte de Londres. Delicada orfebrería. Como todo el álbum, una auténtica preciosidad.
“Una Lágrima”- Peret, 1967.
La canción emblemática del maestro, la vanguardia musical de la rumba catalana, poderosa y demoledora. Un pionero despreciado, aunque reivindicado tardíamente, Peret obtuvo un éxito fulgurante en el verano de 1968, con esta coplilla que alude al verano a la manera de los amores frustrados del estío. Compuesta por manuel Monreal, Perte dio la vuelta a la canción para convertirla en el señero de la entonces desdeñada rumba catalana.
“On The Beach”, Neil Young, 1974.
No es propiamente una canción sobre el verano, pero, ayudado por el título, me decido a incluir esta copla, como homenaje a uno de mis discos preferidos. Young medita sobre los entresijos de la fama, en esta sórdida canción que configura un álbum errático, deslavazado, pero auténticamente mágico, único. Una joya incunable.
“Más Vale ser Punki que Maricón de Playa”, Siniestro Total, 1983.
Para acabar, una de esas canciones que te vienen a la cabeza en cuanto pisas una de esos parques temáticos en que las playas se han convertido. Incluida en su segundo álbum, Siniestro en uno de sus momentos de mejor forma, pergeñando un emblema sonoro de los veranos actuales (y de entonces)