Resumen del Festival de la Guitarra de Córdoba 2010

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Serrat

Al principio iba predispuesto a que me gustara, la mejor clase de literatura que tuve fue una en que llegamos a clase y nuestra profesora empezó con eso de «Umbrío por la pena, casi bruno, porque la pena tizna cuando estalla…». Comenzó Serrat disculpándose diciendo que era un concierto cerrado, sólo con versos de Miguel Hernández por motivo del centenario de su nacimiento.

Y ya empezamos la jodienda. ¿Por qué tienen que ser siempre los aniversarios múltiplos de 5 o 10? ¿Y por qué tiene que ser un concierto cerrado? Vale que sea el aniversario, pero la gente, aparte de ir a escuchar versos de Miguel Hernández, va a ver a Serrat y espera escuchar temas suyos. Cierto es que el Nano se disculpó diciendo que volvería en otra ocasión y tocaría grandes éxitos «y hasta discos dedicados», pero estas cosas se avisan en el cartel, no ya dentro del concierto.

Por lo demás, buen concierto con un Serrat con una voz en muy buen estado de forma con momentos espléndidos como un algo acelerado «Menos tu vientre» o ese preludio en el que Serrat nos cuenta cómo estando Miguel Hernández en la cárcel recibe una carta de su esposa Josefina contándole que ya sólo les queda una vieja gallina como recurso para comer, ya que la última cabra con cuya leche alimentaban a su hijo, se la han llevado.

Miguel, al enterarse de esto, desde su celda escribe lo que sigue y todo el Teatro de la Axerquía aplaude con un nudo de rabia y tristeza en la garganta por lo que pasó.

Deep Purple

En los minutos previos al comienzo del concierto se olía en el ambiente que se avecinaba algo grande, sonó Rockin’ in the free world de Young y lo que era intuición se volvió certeza.

Comienzan con Highway star y la gente nota extraña la voz de Ian Gillan. Le sigue Strange kind of woman, una de mis favoritas y al final de la canción en el duelo voz-guitarra, se entona y vuelve la tranquilidad al respetable.

El concierto transcurre en un ambiente de camaradería entre ellos como en pocos grupos de los que haya visto. Un Gillan bromeando con sus compañeros, Ian Paice haciendo magia con su batería y un Roger Glover con pinta de abuelete venerable entregado con el público.

Mención especial para Steve Morse, que a la vez que desplegaba todo su arsenal de recursos guitarreros, tenía una sonrisa de oreja a oreja durante todo el concierto, agradeciendo la entrega del público.

A la que vez que nos mostraba sus guitarras Music Man y amplificadores Engl, Steve brilló con luz propia con esa forma de tocar punteando cada nota con la púa (picking) frente al típico fraseo de rock que tira más para el estilo legato, o sea, con una articulación basada en ligados ascendentes y descendentes.

En la intro de When a blind man cries, para mí la canción de esa noche, Morse hizo un despliegue de medios con sus intros arpegiadas, efectos de violín jugando con el volumen, uso de palanca de vibrato y un saber dosificar los efectos magistral.

Siguieron canciones como Knocking at back door, Lazy, Perfect Strangers, (con corte eléctrico de un par de minutos incluido), un Space truckin’ soberbio, como no Smoke on the water para redondear la noche y como bis Hush (con una intro del Going down) y Black night.

En esta ocasión meritoria fue la labor de Pilar Cobos, periodista del Diario Córdoba, quien consiguió viajar en el tiempo y ver a los Purple tocar Child in time en el Festival de la Guitarra de este año. Sabido es que esta canción es una de las más difíciles de cantar por sus agudos extremos y que Ian no podría cantarla ahora ni aunque un tiraboleiro le meciera las pelotas.

Johnny Winter

Sabía a lo que iba en este concierto, sabía que iba a ver a un señor con la salud deteriorada y que tocando no está al 100% ni en precisión ni en velocidad, pero aún enfermo, este bluesman deja callado al cabo de un turnaround a más de un guitarrista la mar de sano.

Empezó la banda de acompañamiento con un tema instrumental, con un guitarrista competente pero con una señal demasiado procesada en chorus. Al término de la intro, llega Winter por su pie pero con evidentes problemas para andar, se sienta y coge su Steinberger que tiene al lado en un monitor y empieza con un instrumental que enlaza con otro que es nada menos que Hideaway de Freddie King.

Johnny toca con los ojos cerrados todo el tiempo y a cada canción da un trago a una botella de agua que tiene a su lado. La cosa se calienta con uno de mis temas favoritos, She likes to boogie real low, después continúa con el clásico Good morning little schoolgirl, Miss Ann, un Blackjack con muy mala leche, para seguir con «I’m tore down», esta vez con el batería cantando.

Toca Lone Wolf y le sigue un Don’t take advantage of me que suena brutal, la gente aplaude con entusiasmo y por un momento se pone el teatro a media luz y Winter entreabre los ojos, como saliendo de un duermevela y en su rostro se pudo ver una expresión de agradecimiento que me conmovió.

Hace su tributo a Hendrix con Red house, sigue con Bony Maronie y nos hace creer que esto se acaba con It’s all over now. Pero la gente está calentita y sale de nuevo con su Gibson Firebird.

Cae primero Mojo boogie con un slide a veces algo errático, pero acaba con un Highway 61 realmente brillante, con un solo lleno de ideas y con guiños al final al Third stone from the sun, de nuevo Hendrix para guiarnos en el camino y unos acordes finales que me recuerdan al final del Stone dead forever de Motörhead, aunque podría ser también el de otra canción. ¿Sugerencias?

La gente se tira bastantes minutos aplaudiendo a rabiar, pero el espectáculo se ha acabado. Ha sido 1 hora y media casi de concierto y salgo con algunas buenas ideas para fraseos. No se puede pedir más.

Joe Bonamassa

Fue un buen concierto pero con demasiada pirotecnia guitarrera que encantaba al público pero a mí más de una vez me dejaba frío. Canta bien, pero se contiene, ejemplo perfecto de ello fue las versiones de So many roads de Otis Rush y Young man blues de The who, canciones en las que se echaba de menos más rajo en la voz.

Sin embargo en temas como la sensacional Sloe Gin y Blues deluxe se dejó llevar y nos dejó a todos pasmados ante unos solos bien paridos, dosificados a ratos y lanzados en otros y con montones de ideas melódicas por todos lados.

Aca