Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.

Jaime Gil De Biedma

Un cielo plomizo, impregnado de frescura tras el fuerte viento del noroeste y la lluvia incesante. Sagrada hora del vermú. Tengo cita con tres músicos veteranos, bregados en diversas batallas (vitales y musicales), parte esencial de la historia del rock cántabro, protagonistas incidentales de diversas formaciones ochenteras, algunas de popularidad reconocida entre los devotos del rock nacional. 

El nombre de la banda es Los Niños; con un reluciente primer disco en la calle y con un próximo concierto en Madrid (abrirán el XX Desencuentro Enemigo en Madrid, en la sala Fun House, el próximo 8 de diciembre), rebosan entusiasmo, rezuman energía (EnerGía Básica, es el título de su debut) y todo ellos rozan los sesenta años. Sencillamente, la creatividad no envejece, el espíritu permanece inalterable. 

El reencuentro

Una vez que Mon Castellanos decidió trasladarse a las afueras de Santander en enero de 2021 (al cercano municipio de El Astillero, a escasos diez kilómetros de la capital), el azar quiso que, precisamente allí, residieran Vicente “Vicen” Ferrandis y Carlos Javier “Litos” Martínez, bajista y guitarrista, respectivamente, de la futura banda. Memorias compartidas, reencuentros que rememoran, amistad desempolvada. 

Vicente tenía alquilado un local para ensayar con su banda Vento Tempo – de la que hablaremos más extensamente en estas mismas páginas- y la chispa prendió al acudir los tres (amigos desde los catorce años) a tocar por puro disfrute, celebrando su reencuentro. En su primera sesión juntos ya abordaron dos de las canciones que componen su primer lanzamiento “Vaya Bien Que Vas”y “Pensándolo Mejor”, prácticamente finalizadas pero redondeadas por los tres, junto a una versión del “RoadRunner” de Bo Diddley. En esa primera tarde, dos rocks y un blues……y todo llegó rodado.  De un día a la semana pasaron, rápidamente, a verse en el local tres veces por semana: “Desde entonces he pasado más tiempo con estos dos individuos que con mi propia familia”, afirma Vicente. 

A la semana, en base a las letras de Vicente, o de un riff de Litos, una harmonía de Mon la actividad compositiva subió de intensidad hasta que en enero de 2022 tenían en el armario 17 temas. 

Pero la salida del local se avecinaba perentoria. Los músicos quieren tomar el pulso a sus canciones ante una audiencia: en octubre de 2021, se suben a un  modesto escenario de un hotel, con muchos músicos en el público y una audiencia cercana y conocida……El propio Litos se ofreció a tocar gratis – “había tanta gana”- por el afán natural de ofrecer tu música a la gente . La respuesta fue entusiasta, disfrutona, suficiente y afirmativo acicate para continuar con entusiasmo. El atrevimiento audaz de “Litos” quien aseguran estuvo exultante en el día del debut – propició el apetito voraz de tocar en directo. 

Desde entonces han celebrado diez conciertos en lugares variopintos de la reducida geografía cántabra (¡han tocado incluso en una boda!) con una trayectoria perseverante que les ha permitido pulir el directo, ajustarlo y mejorarlo. Han aprendido a ajustar los “tempos”, dónde meter los coros justos; “a moverme mejor” afirma “Litos”; “¡ayer parecías Pete Townshend!” exclama Mon. Sus temas en directo son cerrados, sin huecos muy amplios a la improvisación….”aunque quizá ampliemos el espacio para soltarnos un poco”. Pero, sobre todo, la conclusión es unánime: “Siempre vamos aprendiendo”. 

El disco

Con 20 canciones cerradas en el local de ensayo y muchas de ellas probadas como efectivas en directo, deciden abordar la grabación de su “tarjeta de presentación”, como afirman que fue la razón fundamental de emprender la tarea. 

Primera dificultad: descartar material y, sobre todo, decidir acerca de las canciones que deberían grabarse para poder ofrecer una muestra fehaciente de su actitud musical como grupo debutante. “Refleja el directo”, afirma Mon; “Es lo que hemos mamao”, sentencia Vicen. Rehúyen de la ortodoxia y comparten influencias. Litos es el más vehemente en esta cuestión afirmando que “el purismo es el veneno de la música” Yo quiero tocar todo lo que me guste, sin poner barreras de estilo”, finaliza Mon. Y no es casualidad que el “London Calling “ de The Clash sea un disco recurrente en la conversación, lo que determina un disco capital e inaugural de los ochenta. Pero de eso hablaremos más adelante. 

La amistad común con Fernando Macaya fue determinante para que la banda decidiera grabar en los estudios Moon River, en Santander. Además se adecuaba a la necesidad de la banda de grabar básicamente en directo, los tres juntos. Las aportaciones de Fernando Macaya al disco son apreciadas por todos: “Aportó arreglos, metió Steel guitar…se implicó desde el minuto uno, Macaya sumó”, confirma Vicen. 

Contaron con colaboradores casuales (Luci, la mujer de Vicen, toca un cuenco tibetano en “Vaya Bien que Vas”, como sugerencia de Macaya tras verla trastear con el instrumento), con asiduos (Celia, la hija de Vicente, vocalista y aderezo esencial en muchas canciones) y con excepcionales, como Chemín Palenzuela, teclista avezado y curtido, proveedor de arreglos e ideas que añaden colorido a la base sonora 

El disco, producido por el grupo, autopublicado este verano de 2022, tiene una tirada de 200 ejemplares, y, como viene siendo habitual en muchos artistas, ésos con talento reconocido, pero sin capacidad de generar beneficios suculentos, han corrido con todos los gastos por el mero hecho de presentarse con dignidad ante el público. Con una frescura inusual en unos músicos ya curtidos, recuperan esa energía básica que da título al álbum, entusiasmo, pasión y, sobre todo, divertimento y amistad. Ese estado feliz de la banda se plasma en el disco con fidelidad, un disco en castellano que reivindica, a través de canciones que se asoman a las influencias “infantiles”, la coctelera sonora que derivó en, digamos, por qué no otra vez, el “London Calling” de The Clash…..reminiscencias que recogen la versatilidad necesaria para que el disco crezca en sucesivas escuchas, confirmándose en el directo cada vez más sólido de la banda. 

El pasado recobrado

Siguiendo la cita que encabeza este artículo, cuando los Niños querían llevarse la vida por delante, ni siquiera eran Niños todavía…..pero ya eran amigos desde la edad temprana y hormonal de los catorce años. 

Vicente es originario de Comillas, en donde, para sobrevivir a las largas tardes invernales, una vez empapado de música a través de sus hermanos mayores, comenzó a tocar el bajo y la guitarra con amigos desde los 16 años…Al trasladarse a Santander, su instinto musical le lleva a encontrar afinidades que se materializan en diversos experimentos con diversas bandas: Toca el bajo en Los Estampados (grupo de José Mº Soto, primer productor y mentor de los DelTonos, inolvidable propietario, junto s su hermano Lipe de El Soto Bar), Extraños en el Paraíso, Hostias en Vinagre….Guitarrista y bajista, opta por el bajo como instrumento principal “Cantar y tocar el bajo es un reto”

En 1984 se topa con Mon Castellanos, en los garitos de la ya extinta calle Panamá de Santander – centro capital de los ochenta santanderinos – , cuando Mon tocaba con Los Nada (Mr Hendrik Róver a la guitarra), comenzando a compartir experiencias, gustos y colegas musicales. En 1988, Mon realiza una prueba con José Mº Soto y Vicen (miembros de Los Estampados) para aspirar a convertirse en su baterista….sin resultado. Sin embargo, años después, vuelve a coincidir con Vicente como baterista del grupo Los Tónicos, junto al norteamericano afincado en Cantabria, Scotty Bango A su vez, Litos se cruzaba en los caminos de sus futuros compañeros de banda, acercándose a Vicente para tocar sirviéndose del bajo, guitarra y caja de ritmos.  Todos ellos compartían amigos, vidas cruzadas y músicas compartidas. 

Litos se crio en un ambiente musical intenso, con su madre campurriana cantando por las esquinas y como los ángeles: durante su infancia ataca el violín como primer instrumento, alcanzando segundo de solfeo. Su primo Gabi, residente en Londres, le trae el “Made in Japan” de Deep Purple en el año 1973, un disco que transforma su percepción sonora y que le hace cambiar rápidamente a la guitarra, abandonando el violín para siempre. Litos cuenta con quince años. 

Es por aquel entonces que se cruza con Nacho Mastretta y Jesús Bombín, formando con ellos la banda Arpa (2 guitarras, piano y batería) que los lleva a tocar en directo, hasta que la banda se desmantela por la trágica muerte del baterista Oscar, atropellado por un tren. Posteriormente, ficha en la banda Los Popies, momento en el que Mon coincide con su futuro guitarrista, en los ensayos del grupo…de nuevo los caminos se cruzan y, al mismo tiempo, se desarrollan líneas paralelas que convergerán definitivamente con el devenir del tiempo. Interrumpe su actividad musical para servir a la Patria (¡glups!) en Carabanchel, cuna de los Leño (de hecho acude a uno de sus ensayos en un antiguo cine del barrio madrileño)

Es en 1984 cuando Litos se une a la banda SP, junto a Angel Lledias y Goyo Rodríguez entre otros, su momento musical más relevante; cinco años durante los cuales publican un disco, y giran por toda España y el sur de Francia. La banda se desmantela por problemas internos y enfrentamientos de egos…….Litos se une, entonces, a Los Estómagos Vacíos, banda de punk rock con los que graban un disco, todavía sin publicar, y giran en salas del norte (León, Bilbao, Asturias…). Pero, claro, Litos pronto comprendió que la vida va en serio al tener su primer hijo, momento en el que deja de tocar para dedicarse de lleno a sus nuevas obligaciones familiares. 

Por lo que respecta a Mon, su historia ya ha sido contada por él mismo en estas mismas páginas, en las que se publicó una jugosa entrevista con motivo de su por entonces proyecto Funk Indigo. De todos es sabido que fue baterista de Los Nada (entre 1983 y 1988), continuando con DelTonos, banda en la que estuvo cuatro años (1988 – 1992). Después de su paso por la formación de Mr Röver, intercaló numerosos proyectos – destacando su colaboración con los mencionados Funk Indigo y con Scottty and The Rays, sin dejar nunca de tocar. Notorio fue sus colaboraciones con el guitarrista norteamericano Scotty Bango, aparte de con el citado último grupo, en otros proyectos paralelos. 

Los laberínticos tránsitos vitales de los tres componentes de Los Niños darían para, al menos, un extenso artículo para cada uno; lo verdaderamente poderoso y milagroso es el caudal creativo que un encuentro postergado tantos años ha provocado, producto de la diversión compartida, todo ello diluido en un espíritu de camaradería, yo diría que fraterna. 

El futuro no está escrito 

Las cervezas se van sucediendo, mientras llegamos al final de la conversación a medida que la tarde de domingo avanza implacable y amenazante con su carga amarga y cargada de presagios. Rematamos la última con comentarios y proyectos para un futuro, mientras comentamos influencias de la banda (Litos menciona que son “un punkarra, un mod y un popero”) que transitan por The Beatles, Los Led Zeppelin, Red Hot Chili Peppers……Gravitando sobre el “London Calling” siempre pregunto lo mismo para concluir, entre eclecticismos, anécdotas del pasado….pero sobre todo propósitos para el futuro. La actitud de la banda la resume Vicente tajante y asertivo: “Estamos empezando”. 

La pregunta concluyente de marras es qué disco recomendarían ahora mismo o bien qué discos destacarían por …..las respuestas son claramente reveladoras. Vicente cita el “Harvest” de Neil Young, el propio “London Calling” y el “Dark Side of the Moon” de Pink Floyd. Litos opta por sus venerados The Who (“Live at Leeds”) y Mon escoge “Tomorrow the Green Grass” de The Jayhawks, el primer álbum de los Big Star y el “Revolver” de The Beatles. 

La charla toca a su fin y, contraviniendo el espíritu del hermoso poema de Gil de Biedma que aparece como cabecera de estas letras, el caso de Los Niños confirma que la vida va en serio – tienen edad para haberlo podido experimentar – pero que, ellos al menos, siguen proponiéndose llevarse la vida por delante, sin problemas de edad y con la certeza de que les sobra energía, actitud y oficio para continuar jugando. 

Los Niños son: 

Vicente “Vicen” Ferrandis – voz, bajo

Carlos Javier “Litos” Martínez – Guitarra, coros

José Ramón “Mon” Castellanos – batería y coros.