No Age mola. Únicamente con un batería y un guitarrista que también toca el sintetizador, formato que se ha generalizado en la última década como vía para hacer música sencilla aunque llena de intensidad (en la memoria, los terroristas Lightning Bolt), estos dos muchachos de Los Ángeles recuperan el sonido de baja fidelidad de finales de los 80 en su reciente debut, ‘Nouns’. En sus crepitantes canciones, la distorsión experimental de Sonic Youth o el ruido elíptico de My Bloody Valentine son exhumados con desparpajo, sin prejuicio para incluir en su sonido estribillos pop (bueno, casi pop) o sonidos tradicionales como el rockabilly y el folk.
Tan inquietos como inquietantes, No Age van de artistas. Además de este grupo, llevan años participando activamente en un centro cultural alternativo de su ciudad y han realizado performances, obras de vídeoarte y organizando exposiciones. Su declaración de intenciones: ‘Nuestra música es una invitación a las personas a que se involucren en una comunidad que celebra el arte y la experimentación. Intentamos reclutar gente con la noción de que el arte es una parte crucial de la vida diaria’.
Sirva de ejemplo de todo ello el original video y la excitante música de ‘Eraser’, así como su letra, que empieza: ‘Es una monstruosidad/Mi cabeza fue afetiada/Es una pena, a veces intento seguir andando…’.
